Hay una teoría de la comparación social, propuesta inicialmente por el psicólogo social Leon Festinger que “se basa en la creencia de que hay un impulso dentro de los individuos para obtener auto-evaluaciones rigurosas. La teoría explica cómo los individuos evalúan sus propias opiniones y capacidades mediante la comparación con otros, con el fin de reducir la incertidumbre en esos ámbitos, y aprender a definirse a sí mismos”.

Auto-evaluarse sería entonces uno de los procesos que el ser humano utiliza como parte de la búsqueda de su propia estima personal. Depende entonces de las características que según cada ser humano, haya determinado como distintivas dentro de un grupo de personas, para considerarlas como puntos de referencia válidos para realizar su propia evaluación.
De acuerdo a esta teoría, los seres humanos tenderíamos a escoger un “objetivo” para realizar tal comparación, que según nuestra propia percepción, lo consideraríamos similar a nosotros mismos.
¿Cuan objetivo puede ser sin embargo ese punto de referencia?
Los patrones de comparación social se establecen de acuerdo a como evolucionan las generaciones de pensamientos, aquellos conceptos que en su momento tiene relevancia, o se apegan a determinadas coyunturas. Con este punto de referencia, el individuo va estableciendo sus propios éxitos o fracasos.
Los individuos evalúan sus propias opiniones y capacidades mediante la comparación con otros, con el fin de reducir la incertidumbre en esos ámbitos y aprender a definirse a sí mismos.
¿Es esto realmente objetivo?
Todo cambia, todo evoluciona, pero la dinámica de pensar, sentir y percibir como seres humanos, siempre será la misma. Comprender ésta dinámica del comportamiento social es la clave para vivir más plenamente.
Nancy Silva Fuseau
Coach
MIndfulness Teacher
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